sábado, 27 de abril de 2013

A la sombra del tabú.



Somos mamíferos, los mamíferos tienen mamas, tanto las hembras como los machos, eso es así y punto pelota. Las mamas de las hembras producen leche para alimentar a las crías, eso también es así desde que el mundo es mundo.

Pero no todos los mamíferos son iguales, están desde las cabritas con sólo 2 hasta los cerdos que tienen nada más y nada menos que 16 tetillas... ay es nada... con la suerte de no tener que usar sostén...
Las hembras después de pasar según la especie un tiempo de gestación u otro, y parir a sus crías, estos pequeños van hacia el único alimento del que les proveen las madres, su propia leche.  Nadie les enseña, nadie les pregunta, nadie les obliga o les da segundas opciones. No buscan refugio para amamantar, no se ocultan ni miran inquietas por si las ven dar de comer a sus pequeños...
Estos es a grandes rasgos un mamífero...

Pero he aquí el humano, un mamífero como cualquier otro pero con pretensiones y ambiciones... o lo que es lo mismo un mamífero retorcido a más no poder.
Donde un murciélago pare y da de mamar a sus crías (Sí, los murciélagos también maman y tienen tetitas...) una mujer pare y... hecatombe!!!!!! Nos separan de nuestras crías y un sinfín de protocolos antinatural... 
Y dónde aparece el tabú... pues en el momento que una mujer decide dar el pecho. Como decía antes las mamas están para proveer alimento, pero en nuestra sociedad (no en todas las culturas es así, en muchas otras los pechos son vistos como lo que son) son vistas como un elemento sexual, una parte del cuerpo utilizada para la recreación y excitación tanto de hombres como de mujeres.

Una sociedad donde se operan los pechos por el simple gusto de aumentar una talla o más, produciendo una incapacidad permanente del pecho para lo que realmente son, para su fin. Hoy en día gracias a los avances de la medicina y cirugía, se puede poner implantes que permiten dar de lactar. (Caso raro, quien se opera el pecho, no quiere que se le estropee porque su hijo se alimente).

Así que la mujer que decide dar el pecho muchas veces busca refugio para poder hacerlo, busca intimidad, busca estar lejos de ojos no aptos e individuos que podrían resbalar con sus propias babas. En ocasiones teniendo que buscar un cubículo mal puesto en un centro comercial. Una esquina apartada en una cafetería...
Porque cuando decides alimentar a tu hijo en plena calle, la mayoría de las personas ven en ello algo natural, hermoso, y único, mientras que otros solo ven un par de tetas. ¡¡¡ Qué sí, que son tetas!!!!! Acaso son las primeras que ves?.

He aquí el tabú, eso sí disminuyendo, apañadas estaríamos si no... Pero aún falta mucho para que una mujer enseñe los pechos (en la playa no pasa nada... estamos acostumbrados, debe ser más natural oye) y no hay quien la mire como si fuera un objeto sexual.

Yo he decidido no esconderme para alimentar a mi hija... Y, ¿si le molesta a alguien? Pues cuando ellos se metan en un cubículo a comerse un bocadillo de jamón, yo entonces me meteré para dar el pecho a mi nena.

Tania.


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